Nino e Pastino es un restaurante ubicado en el parque lleras
en el poblado cerca de la vía primavera.
Calle 8A #37 – 20, Medellín Tel. (4) 312-0045 |
Esta semana, unos amigos decidieron que querían comer pasta
allí, yo nunca había ido pero me pareció una buena idea acompañarlos para
conocer la carta y el lugar.
El encuentro fue a las 6 de la tarde para comer, al llegar,
el restaurante de inmediato me dio una agradable vibra moderna y relajada.
La música era lounge y tenía un volumen moderado, suficiente
para acompañar una buena conversación. Lo primero que noté fue la cómoda
distribución, con mesas en una linda terraza para dos y cuatro personas y
algunas mesas más grandes al interior, sumando así alrededor de 20 mesas.
Fuimos saludados amablemente por la hostess quien tenía una
gran y amable sonrisa mientras nos mostraba las diferentes opciones de mesas,
pero al final los demás amigos con quienes nos encontraríamos estaban en las
mesas del interior.
La decoración interna era cálida y simple, tenía una zona
amplia en la cual se mostraban vinos y daba la sensación de una cava y
realmente daban ganas de beberse uno.
Luego de un momento llegó Stephanie, nuestra mesera quien estaba
perfectamente informada de los platos, su contenido, las recomendaciones y
conocía tan bien la carta que pudo ayudar con la bebida a uno de nuestros amigos
que estaba muy indeciso, tanto que cambió tres veces su pedido, pero ella lo
cambió sin problemas sugiriendo opciones más dulces, ácidas, neutras, con y sin
frutas.
Todos en la mesa pedimos algo diferente, yo decidí tomar una
soda con frutos rojos, romero y endulzado con miel que fue una recomendación de
Stephanie, aunque no lo vi en la carta al igual que la bebida de mi amigo el
indeciso que fue un nojito, que en resumen es como un mojito sin licor.
Al llegar, fuera de tener una linda presentación en vasos
vintage con una jarra que en contenido son casi dos vasos y medio, tenía mucha
fruta y aparte una linda tabla con un crimini de setas con cebolla crispy y un
pequeño trozo de pollo con miel. Me sorprendió y me pareció delicioso además.
El crimini constaba de una pequeña tostada que parecía tener albahaca, especias
y ajo con una suave y untuosa crema de setas que al morder se contrastaban con
el crujiente de las cebollas.
Solo pasaron 30 minutos antes de que los platos llegaran,
visualmente eran deliciosos y desprendían un exquisito aroma.
Mi plato era una “Lucca”, recomendación de Stephanie, este
plato constaba de un corte grueso de lomo de cerdo aromatizado con hierbas
italianas sobre pasta, que en mi caso fue penne en salsa Toscana y crispies de
cebolla, acompañado de una ensalada de lechuga con tomates cherry y pimentón
rojo asado que desprendía un exquisito dulzor que además contrastaba también
con las cebollas crujientes.
La única forma que tuve para describir mi plato a primera
vista era “abundante”, quizás demasiado para mí que además quería probar algún
postre. Pero también lucía delicioso y las hojitas de albahaca daban un toque
especial, no solo en aroma sino también en sabor.
Lo único no tan positivo que puedo decir de los platos, no
solo el mío sino el de todos los de mi mesa, era la falta de salsa. Cuando uno
piensa en pastas italianas, piensa no solo en la deliciosa pasta fresca sino
también en la salsa. Una salsa que queda en el plato, una salsa para mojar el
pan y dejarlo limpio al terminar. Pero no hubo necesidad de eso, ya que aunque
había una deliciosa hogaza de pan que parecía recién horneado, no había salsa
para mojarlo. El sabor de la poca salsa era maravilloso, se podía sentir la
riqueza de las especias, los sabores profundos y salados que daban otra
dimensión al plato, pero la ausencia de humedad en ellas dejaba algunas partes
de la pasta sin ser bañadas por todo su maravilloso sabor.
Probé la pasta bolognesa de mi amigo Germán y sucedió lo
mismo, un sabor exquisito en el ragú de carne y tomates, una pasta tipo
spagetti al dente, pero de nuevo, la humedad de la salsa brilló por su ausencia
y nos quedó el pan a un lado a la espera de ser remojado.
A pesar de haber quedado completamente llenos, nos decidimos por un postre.
En Nino e Pastino tienen una hermosa carta de postres que
vienen por combos o individuales, nos decidimos por uno llamado “Sei”. Este
constaba de 4 mini postres listos para llevarlo a uno en un viaje dulce por Italia.
Lo primero que probamos fue una galleta recién horneada, rellena de chocolate y arequipe con una hermosa bola de gelato de fresa que se derretía con rapidez contra la galleta caliente invitando a hundirse de una vez en su increíble sabor. Los cinco, concordamos en que era delicioso. Lo segundo fue un helado que a primera vista parecía ser de vainilla, pero al hundir la cuchara en él, se encontraban pequeños trozos crujientes que dejaban un exquisito sabor a chocolate blanco. Lo siguiente que probamos fue el Marrone, personalmente no fue mi favorito. Era una pequeña torta con sabor a chocolate especiado pero no fue nada que llamara nuestra atención, al igual que el fondente de chocolate, cuyo sabor no fue nada especial. Los votos fueron todos por el helado de chocolate blanco y la maravillosa galleta recién horneada.
Lo primero que probamos fue una galleta recién horneada, rellena de chocolate y arequipe con una hermosa bola de gelato de fresa que se derretía con rapidez contra la galleta caliente invitando a hundirse de una vez en su increíble sabor. Los cinco, concordamos en que era delicioso. Lo segundo fue un helado que a primera vista parecía ser de vainilla, pero al hundir la cuchara en él, se encontraban pequeños trozos crujientes que dejaban un exquisito sabor a chocolate blanco. Lo siguiente que probamos fue el Marrone, personalmente no fue mi favorito. Era una pequeña torta con sabor a chocolate especiado pero no fue nada que llamara nuestra atención, al igual que el fondente de chocolate, cuyo sabor no fue nada especial. Los votos fueron todos por el helado de chocolate blanco y la maravillosa galleta recién horneada.
Al terminar la cena estábamos más que satisfechos, no
podíamos comer absolutamente nada más pero Stephanie regresó con una agradable
sorpresa, un juego de cartas y suerte en el cual una persona de la mesa tendría
una carta ganadora que le daría sus platos gratis.
Salí de allí con una gran sonrisa en los labios, fue una
gran experiencia que ciertamente quisiera repetir pronto.
Les invito a que lo experimenten también y me cuenten cómo
les ha parecido su visita a Nino e Pastino, me encantaría saber qué probaron y
cómo les fue.
Por ahora les dejo un beso de todos los sabores y pronto me
lanzaré de cabeza a la aventura de la gastronomía.
Por todo el mes de septiembre pueden ustedes también ser los
felices ganadores de su parte en la comida. Por cada mesa de 4 personas que
vayan entre las 12M y 3 PM, podrán jugar a las cartas de la suerte y tener su
parte del almuerzo gratis para celebrar el mes del amor y la amistad.
Ubicación: Calle 8A #37 – 20, Medellín
Fácil acceso: Si
Parqueadero: No, pero hay espacio de parqueo en la calle.
Volvería: Si
Lo recomendaría: SI!!!
Tel: (4) 312-0045
https://www.facebook.com/ninoepastino
Ubicación: Calle 8A #37 – 20, Medellín
Fácil acceso: Si
Parqueadero: No, pero hay espacio de parqueo en la calle.
Volvería: Si
Lo recomendaría: SI!!!
Tel: (4) 312-0045
https://www.facebook.com/ninoepastino
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